Las islas-cárceles más famosas

Como vimos en el anterior artículo, dado a su aislamiento, las islas han ayudado a contener la propagación de enfermedades infecciosas. Estos emplazamientos alejados de poblaciones también han servido como cárceles desde tiempos muy lejanos.

Hay o han existido decenas de islas usadas como prisiones por todo el mundo. Debido a esta amplia cantidad, hacer una selección para este listado ha sido una tarea complicada.

En este artículo vas a conocer islas-cárceles famosas por sus personajes, ya sean reales o literarios:

Alcatraz (Estados Unidos)

Bautizada como la “isla de los alcatraces” por el oficial de la marina española, Juan Manuel de Ayala. Esta pequeña isla cuenta con una superficie de 7,63 ha. Fue en sus inicios una fortificación militar española, posteriormente una prisión militar y desde agosto de 1934 hasta que cerró sus puertas el 21 de marzo de 1963 pasó a ser una prisión federal. En ella se encuentra también el faro más antiguo (1853) de toda la costa oeste americana.

Su ubicación aislada en la bahía de San Francisco hizo que Estados Unidos construyese en este lugar la prisión de mayor seguridad del país. Más de 1545 prisioneros pasaron por sus rejas, siendo Al Capone su presidiario más famoso.

Isla de la Juventud (Cuba)

Nuestra siguiente parada nos lleva al Caribe, en la antigua isla de los Pinos, hoy llamada isla de la Juventud. Esta isla es la segunda más grande en extensión (2200km ²) de Cuba y se localiza a 60km al sur de la isla principal cubana.

Ya en tiempos de la corona española, su lejanía sirvió como lugar de destierro. Más tarde, en 1931, se inauguró una prisión para trasladar a los delincuentes más peligrosos del país. La prisión llegó a tener hasta 5000 reclusos en sus 5 edificios, y en uno de ellos estuvo preso 22 meses Fidel Castro junto a otros 25 compañeros revolucionarios.

Isla del Diablo (Francia)

Seguimos en el Caribe. 11 km al norte de las costas de la Guayana Francesa se hallan las islas de la Salvación, que toman su nombre por ser las primeras islas que vieron los colonos franceses en su huida de Guyana, por las enfermedades tropicales que estaban acabando con la población.

Este pequeño archipiélago consta de 3 islas: Isla San José, isla Real y la isla del Diablo, donde se construyeron instalaciones penales.

La isla del Diablo, con un tamaño de 14 hectáreas, es la más pequeña del archipiélago y donde se encontraba uno de los centro penitenciarios más temidos por los criminales, por sus condiciones inhumanas y su huida imposible por las adversas corrientes marítimas y abundancia de tiburones.

Por sus celdas pasaron más de 80 000 prisioneros desde 1852 hasta 1938. Entre ellos, el militar Alfred Dreyfus;  y Henri Charriere, autor del libro “Papillon”, donde ambienta parte de sus memorias.

Isla Martin García (Argentina)

Nos dirigimos al estuario Río de la Plata, 4000km al sur de la Guayana francesa, donde localizamos la isla Martín García. Esta pequeña isla de 1,84km² recientemente se unió a la vecina isla uruguaya de Timoteo Domínguez. Este hecho hace que sea en la actualidad la única frontera terrestre entre Argentina y Uruguay.

Como sucedió con otras islas-cárceles de esta entrada, su emplazamiento la hizo ideal para que en 1755, durante la época colonial, se decidiese construir una cárcel en esta isla y albergar a los presos más conflictivos de Buenos Aires y Montevideo. Durante todo el siglo XVIII los presos fueron usados para mejorar notablemente las infraestructuras de la isla.

Durante la primera parte del siglo XX fue una prisión donde numerosos políticos fueron recluidos, como es el caso de Juan Domingo Perón.

Santa Helena (R. Unido)

Situada en medio del océano Atlántico, Santa Helena forma parte del territorio británico de ultramar de Santa Helena, Ascensión y Tristán de Acuña, cuya capital es Jamestown, una pequeña localidad de la propia Santa Helena.

La superficie de esta isla de origen volcánico es de 121km², relativamente grande si la comparamos con la mayoría de las islas de la lista, pero las distancias con otros territorios son enormes, 1800km la separan de África, el continente más cercano y 1300km de Ascensión, la isla más próxima.

Su emplazamiento fue propicio para que los británicos, tras la batalla de Waterloo,  trasladasen al emperador francés Napoleón Bonaparte a esta recóndita isla en 1815, donde moriría 6 años más tarde.

Robben (Sudáfrica)

Atravesamos el Atlántico y llegamos a la isla de Robben, en la bahía de la Mesa, justo delante de las costas sudafricanas. La ´isla de las focas´ en neerlandés, posee una superficie total de 5,07 km² y queda  a tan solo 12km de la costa de Ciudad del Cabo.

Desde finales del siglo XVII, Robben fue una isla-cárcel. Sus prisioneros fueron en muchos casos líderes indígenas tanto de las islas Orientales Neerlandesas (la actual Indonesia) como de tierras sudafricanas. A partir de 1845 fue una isla de cuarentena y en 1961 el régimen del apartheid construyó  aquí una prisión de máxima seguridad. Su prisionero más famoso fue Nelson Mandela, quién ocupó una celda durante 18 años.

Isla Santa Margarita e Isla de If (Francia)

Llegamos en nuestro viaje por islas-cárceles a la costa Azul francesa, donde tenemos nuestras 2 próximas islas.

La primera de ellas es Santa Margarita, una isla próxima a la ciudad de Cannes, famosa por su cárcel donde estuvo, en el siglo XVII, El hombre de la máscara de hierro.

En la bahía de Marsella, a menos de 200 km de Santa Margarita, encontramos la isla de If. Este islote es casi en su totalidad una fortaleza. Construida en 1500, alberga en su interior una de las mazmorras de la novela ´El Conde de Montecristo´.

Bastøy (Noruega)

Nuestro último viaje es a la noruega isla de Bastøy, 75km al sur de Oslo.

¿Una isla-cárcel sin celdas y presos que hacen vida relativamente normal?

Efectivamente, así es la última isla de esta entrada. Aquí los presos se dedican a la agricultura, cuidado de animales e incluso trabajan en el supermercado de la isla.

Viven en casas compartidas, con habitaciones privadas donde pueden cocinar su propia comida o compartir zonas comunes. Está permitido llevar sus propias prendas y algunos dispositivos electrónicos.

Hay tiempo de ocio para aprovechar las instalaciones deportivas: echar un partido de fútbol, jugar al tenis, ponerse en forma en el gimnasio, entrenar en el rocódromo;  para montar a caballo, pescar, ir a la biblioteca, a la iglesia, e incluso ir a la playa en el verano.

En esta isla-cárcel no ha estado ningún personaje conocido, pero sin duda más de uno de esta entrada habría firmado poder estar aquí, o incluso… de aquellos que pasaron parte de su vida en islas de cuarentena.