Fernando de Noronha, las islas donde está prohibido nacer

En el Océano Atlántico, a unos 360 kilómetros de la ciudad de Natal, en la costa continental brasileña, se halla…

17 noviembre, 2024

Por: Raúl V.


En el Océano Atlántico, a unos 360 kilómetros de la ciudad de Natal, en la costa continental brasileña, se halla uno de los destinos más deseados de América del Sur: Fernando de Noronha. Se trata de un archipiélago de tamaño muy reducido (26 km²), compuesto por 21 islas e islotes.

Su ínsula principal es la única que está habitada por algo más de 3000 afortunados que se dedican principalmente al sector turístico, recibiendo una alta cantidad de turistas tanto foráneos como nacionales. Y es que cada año es elegida por muchos brasileños para pasar una luna de miel de ensueño gracias a que posee uno de los santuarios marinos mejor conservados del planeta y a sus playas espectaculares. Entre ellas cabe destacar a la Bahía do Sancho, seleccionada varias veces como la playa más bonita del mundo por el portal Tripadvisor.

Destino turístico desde finales del siglo XX

La primera persona en documentar su desembarco en estas islas fue Américo Vespucio, en 1503. Al año siguiente, el archipiélago fue donado al hidalgo Fernando de Noroña, quien financió la expedición de Vespucio. A partir de aquí estas tierras, en pocos años, pasaron a manos de franceses, ingleses y neerlandeses hasta que Portugal las volvió a recuperar en 1654.

En el siglo XVIII la Corona portuguesa comenzó a poblar al archipiélago de manera planeada y la convirtió en una isla-cárcel durante dos siglos. En ese tiempo recibió a presos comunes, gitanos de todo el país que fueron expulsados en 1739, y también quienes eran apresados por practicar capoeira, luchadores pertenecientes a grupos criminales. En sus últimos años la cárcel fue transformada en presidio político.

Durante la Segunda Guerra Mundial la isla fue la principal base militar de Brasil en el Océano Atlántico. Este desarrollo militar incidió notablemente en un importante crecimiento posterior, tanto de población como a nivel de infraestructuras. 

En 1988 el archipiélago pasa de ser Territorio Federal a pertenecer al Estado de Pernambuco. A partir de aquí se inicia una transformación como destino turístico. Además, en ese mismo año Brasil designó aproximadamente el 70% del archipiélago como parque nacional marítimo, con el objetivo de preservar el medio ambiente terrestre y marítimo.

En 2001 Fernando de Noronha  es declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto al Atolón de las Rocas, gracias a la importancia de estas islas en la alimentación para especies como el atún, cetáceos, tiburones y tortugas marinas; a la alta población de delfines acróbatas; y a la protección de especies en peligro de extinción como la tortuga carey.

2004 es una fecha clave para Fernando de Noronha al tomarse una serie de medidas consistentes fundamentalmente en un estricto control migratorio y acceso restringido, que ayudasen a la preservación del patrimonio natural adoptadas en el Decreto 018/2004. De esta forma, actualmente cada turista debe pagar: la Tasa de Preservación Ambiental, que se cobra por cada día de pernoctación en la isla, y el ingreso al Parque Nacional Marino Fernando de Noronha.

Cabe señalar que el Decreto 018/2004 excluye del pago de la tasa a los residentes habituales, siempre y cuando posean Tarjeta de Identificación. No obstante, estos deben cumplir una de las medidas más polémicas  del citado documento.

Prohibición de nacimientos en la isla

Como comentábamos el Decreto 018/2004 profundiza en el control de la entrada y salida de Noronha y, en ese mismo documento, la administración de la isla impone una de las cuestiones más controvertidas: la obligación de sacar a tierra firme a las mujeres embarazadas a partir de la semana 28, oficializándose así la prohibición de nacimientos. Al mismo tiempo, se decide eliminar la maternidad del isleño Hospital São Lucas.

Además de la prohibición de nacimientos, el estricto control territorial impuesto a los residentes de Noronha incluye una serie de diferentes clasificaciones de sus ciudadanos pudiendo ser estos:  Ciudadano Noronhense; Residente Permanente, aquella persona que ha vivido en la isla por más de 10 años continuos; y Residente Temporal, esta clasificación incluye a los hijos nacidos antes de que los padres obtengan el título de residente permanente (esta categoría de residente se reinscribe cada seis meses).

Durante la pandemia de COVID-19

El miedo a contagiarse y el instinto de proteger al bebé que nacería llevaron a una residente a esconderse más allá de la semana 28 durante la pandemia de Covid-19, enfrentándose a las autoridades, que la querían llevar a una ciudad con un alto índice de contagios. Habiendo, para ello, ignorado dos órdenes judiciales que exigían su expulsión al continente. Después de unos días, siguiendo las instrucciones de su abogado, se entregó en la comisaría y fue inmediatamente escoltada hasta el avión fletado por el Gobierno del Estado de Pernambuco, sin siquiera poder llevar consigo el equipaje para el período posparto.

El primer nacimiento en la isla durante años

Sin embargo, en 2018 (poco antes de la pandemia), una mujer de 22 años dio a luz a una bebé en su domicilio en Fernando de Noronha, siendo el primer nacimiento en los 12 años que llevaba en vigor el decreto. La madre, que optó por no identificarse, dijo que no sabía que estaba embarazada.

“Me hice un test de embarazo y dio negativo. No sentí nada durante todo el embarazo. El viernes por la noche tenía un cólico y cuando fui al baño, vi algo que asomaba entre mis piernas. Fue entonces cuando llegó el padre de la niña y la cogió. Era un bebé, una niña. Estaba paralizada, no sabía que estaba embarazada, dijo. “  

La Administración de Fernando de Noronha publicó una nota oficial sobre el nacimiento:

Este sábado, la unidad hospitalaria de Fernando de Noronha realizó cuidados a un niño recién nacido, llevado por su padre y su madre. La madre, que desea no ser identificada, entró en trabajo de parto en su residencia, y después de que el progenitor asistiera al procedimiento, el mismo remitió al niño a la unidad hospitalaria. La familia les informa de que no conocen la existencia del embarazo, así como no hay atención prenatal ni ninguna otra asistencia similar en los registros de las unidades de salud a nombre de la familia.

Imágenes © Unsplash


Etiquetas: América, Brasil

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