En esta entrada voy a hablarte de la isla más popular de toda la República Dominicana. La fama de Saona traspasa fronteras en el mundo entero, recibiendo alrededor de un millón de turistas cada año, dispuestos a conocer el pintoresco pueblo de Mano Juan, a disfrutar de la piscina natural que hay en sus cercanías y de sus playas de postal.
Saona tiene una superficie de 110 kilómetros cuadrados (es la isla más grande del país después de la isla Española, compartida por Haití y República Dominicana), algo inferior a la hondureña isla de Roatán. Pese a su extenso tamaño, esta isla virgen está habitada por cerca de 300 afortunados que viven en este pequeño paraíso que voy a describir a continuación.
Para visitar Saona lo habitual es hacerlo contratando una excursión en lancha rápida (mi opción recomendada) o en catamarán. Otra opción es quedarte a dormir en la isla y explorarla por tu cuenta solicitando traslados desde Bayahibe.
Una piscina natural de ensueño
Aunque no es parte de Saona, la impresionante piscina natural, situada frente a Playa Palmilla, es uno de los principales atractivos de las excursiones a la isla por estar ya en una zona de difícil acceso dentro del Parque Nacional de Cotubanamá.
Este lugar es todo un espectáculo de aguas cristalinas de poca profundidad, acentuado por la belleza de las estrellas de mar, visibles desde el exterior, y una interminable costa de palmeras.
Mi consejo es que te asegures de contratar una compañía que te lleve muy temprano a la piscina natural, así la gozarás antes de que lleguen otras excursiones.

Mano Juan
Durante el mandato del dictador Leónidas Trujillo, su familia recibió la posesión de Saona y se encargó de su administración, dedicada principalmente a la producción de los cocos, la caza y actividades ganaderas. En estos años se construyó la población de Mano Juan, ampliándose durante su mandato con disidentes políticos.
Mano Juan hoy día es una bella y colorida localidad de pescadores con calles de arena, en la que sus habitantes viven en preciosas casas de madera de colores y disfrutan de la tranquilidad del entorno (solamente llega el 3% del número total de visitantes diarios a Saona).
En esta población encontrarás la amabilidad de su gente, pequeños comercios, locales de restauración, un muelle muy fotogénico y el santuario de las tortugas.
Santuario de Tortugas
Saona es el lugar más importante de anidación de tortugas marinas del país, en la cual podemos encontrar hasta 3 tipos: tinglar, verde y carey. En Mano Juan visitarás un importante proyecto de conservación de tortugas marinas llevado a cabo por Pelagio Paulino, conocido como “Negro”.
Sorprendentemente, el creador de este refugio solía cazar las tortugas y sus huevos, pero con el paso del tiempo fue tomando conciencia sobre el daño que estaba ocasionando al entorno de Saona.
El Negro decidió que era hora de transformar el gallinero del patio de su casa en un sitio para la conservación de las tortugas. De esta forma, durante la época de desove se dedica a recolectar los huevos que considera en peligro, los pone a salvo en este lugar y, una vez nacen, las vuelve a liberar en el mismo punto donde encontró sus huevos.
En este lugar encontrarás un pequeño museo, neveras en las cuales se encuentran los huevos recolectados con la arena de la playa donde fueron hallados y pequeños productos para la venta, que sirven para financiar parte de esta importante labor.

Playas de Saona
Playa Bonita
Fue la primera de las 2 playas que vimos en Saona. Está situada en Catuano, el otro pequeño poblado de la isla y destaca principalmente por su tranquilidad y privacidad.
¡Ideal para relajarse!
Playa Bonita está bien equipada para recibir visitantes; encontrarás hamacas, chiringuitos, servicios de masajes y baños.

Playa del Gato
Antes de finalizar la excursión con una breve parada para hacer esnórquel, fuimos a la estupenda Playa del Gato (punto habitual de catamaranes). Es muy amplia y completa, ideal para relajarte o practicar actividades acuáticas.
Aunque es mucho más concurrida que la anterior, debido a la pandemia y prohibición de venta de alcohol temporal (no solo en las excursiones a Saona sino en todo el país) aquel día no había demasiados turistas, lo que permitió sacar bellas instantáneas de Playa del Gato.

Playa Canto de la Playa
Aunque inicialmente teníamos previsto visitar la playa más remota, las condiciones marítimas se complicaron y nos quedamos con las ganas de conocer uno de los arenales más apreciados del país.
Como siempre digo… ¡hay que dejar algo por ver para volver!
Fotos © coleccionistasdeislas
Etiquetas: Caribe, playas, República Dominicana
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