Puede que a priori no sea un destino llamativo por sus islas, pero en el País Vasco hay un puñado de pequeñas joyas que visitar. Las descubrirás en cada provincia, a lo largo de su escarpada costa, pero también en ríos y embalses.
Son de un tamaño muy reducido, tanto que ninguna sobrepasa el kilómetro cuadrado de superficie total. La mayoría de ellas están deshabitadas, aunque hay alguna excepción con población permanente.
Las hay inaccesibles y otras en cambio a las que podemos llegar fácilmente en barco, canoa, paddle surf, nadando, e incluso en coche o a pie.
Varios son los motivos por los que estas ínsulas merecen la pena ser incluidas en un itinerario por el País Vasco, y es que, en ellas encontramos santuarios religiosos, escenarios de cine, jardines botánicos, faros, hoteles emblemáticos, algunas fueron islas de cuarentena, e incluso en una de ellas se firmó un importante tratado entre dos países del que hablaremos luego.
Villano y Aquech
El recorrido lo iniciamos en Vizcaya, con dos de los islotes más pequeños de la geografía vasca.
Con tan solo 1’8 hectáreas, rocosa y con muy poca vegetación, isla Villano es conocida por su curiosa forma de dragón recostado. Podemos contemplarla desde los alrededores del faro de Gorliz, al que llegaremos realizando una bonita ruta a pie. Aquí se puede visitar un antiguo destacamento de artillería que aún conserva uno de sus cañones, así como galerías subterráneas.
A unos 10 km al este del anterior, en el término municipal de Bermeo, se localiza el islote de Aquech o Aqueche. Este islote, cuya superficie es de 3 hectáreas, es también bastante escarpado y desértico. Su orografía y aislamiento posibilitan que este lugar sea un importante santuario de cría de aves marinas como el cormorán grande.
A diferencia de Villano, Aquech recibe indirectamente la mirada de muchos turistas dado que está situado junto a la famosa isla de Gaztelugache.

Gaztelugache
Es, sin ninguna duda, uno de los protagonistas de la costa vasca. Este mágico islote, que alcanza 80 metros de altura, está unido a la costa gracias a un magnífico puente de dos arcos sobre el que transcurre un estrecho camino empedrado que conduce hasta lo alto de la isla. Allí, una vez superados los 241 escalones, queda la bella Ermita de San Juan de Gaztelugache. Sus orígenes se remontan al siglo IX y está construida sobre un antiguo castillo del Reino de Navarra, asediado por las tropas castellanas.

Gaztelugache ha sido escenario de piratas, aquelarres, leyendas y más recientemente testigo del rodaje de la serie “Juego de Tronos”, que ha popularizado tanto este lugar en los últimos años que hace imprescindible reservar (en esta web) con antelación la visita durante los meses de temporada alta.

Chacharramendi y Sandindere
Llegamos al estuario de Urdaibai, el humedal más importante del País Vasco. Este precioso espacio natural formado en la desembocadura del río Oca fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1984.
Dentro de sus 220km cuadrados de extensión existen hasta 3 islas: Sandindere, Chacharramendi, e ízaro.
Chacharramendi y Sandindere son las que están situadas hacia el interior, justo en la desembocadura del río Oca. Ambas quedan comunicadas en bajamares con el resto de la costa, por lo que es posible caminar los 600 metros que las separan.
Sandindere es un peñón rocoso que centra toda la atención de los visitantes a la bella playa de San Antonio, en el municipio de Busturia. Se cree que en este islote hubo una ermita, así como un puente que la unía de forma permanente a la costa.

En el municipio de Pedernales se ubica Chacharramendi, una isla algo más grande que la anterior, unida por un puente de algo más de 100 metros de largo. Con una superficie de 2,7 hectáreas, Chacharramendi alberga un longevo bosque autóctono de encinar cantábrico y un jardín botánico donde destacan 25 especies de flora diferentes, tales como la encina, el laurel, el madroño o el labiérnago.
En esta isla además, junto al embarcadero, hay un edificio singular: el actual Centro de Investigación Marina y Alimentaria AZTI. Dicha construcción, que data de 1896, fue en sus orígenes un hotel balneario muy selecto por el que pasaron miembros de la familia real, la actriz Ava Gardner, o figuras relevantes de la política como Sabino Arana e Indalecio Prieto.

Isla de Ízaro
Al norte de Sandindere y Chacharramendi, a más de 2 km de las costas de Mundaca y Bermeo, queda Ízaro, la isla más grande del País Vasco (4 hectáreas).
Ízaro es una isla alargada, de forma triangular cuya longitud es de 675 metros y su anchura máxima de 150 metros, que estuvo una vez unida a la costa, al igual que las anteriores, pero que dejó de estarlo hace mucho tiempo por la continua erosión del mar.
De nuevo estamos ante una isla con una notable importancia religiosa, dado que se levantó un convento franciscano en 1422, el cual fue construido sobre su explanada superior. Pronto el lugar comenzó a hacerse muy famoso y fue visitado por hasta tres reyes, siendo la última en hacerlo Isabel la Católica, en 1483.
Deshabitada actualmente, Ízaro es una importante colonia de aves marinas, aunque en épocas anteriores se criaban en ella conejos (seguramente llevados por los frailes del convento), y en el siglo XIX se arrendaba la isla para que pastaran las ovejas.

Isla de San Nicolás
Frente a la localidad vizcaína de Lequeitio existe una isla que guarda cierta similitud con la tailandesa Ko Tao o con el Monte Saint-Michel, y es que este islote tiene también la magia efímera de aparecer y desaparecer como isla. Puede ser visitado a pie durante la bajamar, bien caminando desde la playa de Karraspio, o bien a través de un resbaladizo malecón cubierto de musgo algo más elevado que la anterior.
Si quieres aprovechar bien tu visita y evitar regresar a nado, es muy importante que consultes el horario de las mareas antes de partir hasta esta maravilla de la costa vasca.
Para tu tranquilidad la también llamada isla de Garraitz tiene unas dimensiones muy reducidas, con alrededor de 300 metros de largo por 48 metros de altura, siendo por tanto una visita corta que te regalará, desde lo alto, una estupenda panorámica del entorno.
Esta isla, al igual que sus hermanas vascas, tiene un interesante pasado. De hecho, aquí permanecen los restos de una antigua ermita que data del siglo XVI, construida en honor a San Nicolás; además, durante un tiempo se convirtió en una isla de cuarentena, donde recibían a los enfermos de las epidemias de peste. En San Nicolás también se fundó un convento de franciscanos que sobrevivió únicamente durante cuatro décadas en el siglo XVIII por la falta de agua dulce y condiciones climáticas.

Zorrozaurre
Concluye este viaje por las islas de Vizcaya en la isla más reciente y más grande de todo el País Vasco, cuya superficie es de 838 000 metros cuadrados.
Zorrozaurre es una isla artificial, situada en la ría de Bilbao, nacida oficialmente el 8 de octubre de 2018, tras concluir las obras de transformación de la anteriormente industrializada península de Zorrozaurre en isla, completando así una de las primeras fases dentro de un gran proyecto que quiere convertir a esta ínsula en la “Manhattan de Bilbao”.

Si tienes curiosidad por seguir descubriendo el resto de islas vascas, te invito a seguir este enlace.
Fotos © coleccionistasdeislas
Etiquetas: España, Europa
Deja un comentario